Jorge Alvaro tendría los días contados al frente de Puerto Quequén

Puerto Quequén es sin dudas la caja más disputada por la política necochense. Es es premio gordo con el que se paga a los leales y a su tropa. Todavía está fresca la indignación generalizada por la creación de los cargos de "super gerentes" para los amigotes de Arturo Rojas en su paso por la presidencia de la estación marítima.

En noviembre del 2020 sorprendió al arco político la designación del "foráneo" Jorge Alvaro al mando de Puerto Quequén. Oriundo de Azul, exdiputado nacional con domicilio en la provincia de Mendoza, del riñón de "La Cámpora", amigo personal y compañero de militancia de Néstor y Cristina Kirchner en sus épocas de estudiantes como principal capital político.

Pero como dicen las abuelas (o por lo menos la mía) "lo que fácil viene, fácil se va" y según trascendió en los últimos días, "Pampa" Alvaro tiene los días contados al frente del CGPQ. Las continuas denuncias de los vecinos por contaminación, sumado al avance de las empresas multinacionales que se apropiaron del puerto sin que medie control o freno del Estado provincial debido a la pasividad de su máxima autoridad, encendieron las alarmas del gobernador Axel Kicillof que sellaron su suerte.

Off the record, el principal rol que le compete al presidente del puerto, y no solo Quequén, es recaudar dólares para la corona, por lo tanto su tarea es facilitar negocios y negociados millonarios y si en el camino se anteponen a la vida y la salud de los vecinos y la fauna de la región, hacer la vista gorda.

La salida de Alvaro es un hecho, pero antes debe completar un último encargo de las empresas. En los próximos meses termina la concesión de Terminal Quequén SA y el presidente se puso al hombro la tarea de negociar la continuidad de la multinacional sin mediar un nuevo llamado a licitación (💰💰💰).

Kicillof ya tendría definido el nombre del próximo presidente de Puerto Quequén. Este sería un desertor de las filas de Juntos por el Cambio y su papá ha sabido hacer valer el poder de su gremio para instalar "al chico" en los lugares más codiciados de la política.