Nadie resiste un archivo: las andanzas de Martín Migueles contra el parque Miguel Lillo
En una entrevista realizada por el fallecido periodista estrella de la década de los 90', Bernardo Neustadt, el expresidente de la Nación Carlos Saúl Menem dejó para la historia una frase cuestionable pero con una gran dosis de realidad: "cuando alguien va a la mesa de uno y entra a hablar de honestidad, y entra a hablar de moral y de ética, cuando se va, hay que contar los cubiertos".
Martín Migueles, el candidato de "Juntos", es uno de los aspirantes a funcionario público que más echa mano a la muletilla de la transparencia y honestidad, por lo que teniendo en consideración las palabras de uno de los presidentes más cuestionados, es inevitable caer en la tentación de contarle los cubiertos.
Durante la gestión del radical Daniel Molina, Migueles, estuvo en el ojo de las agrupaciones ambientalistas al ser señalado como responsable de "usurpar" un predio del parque Miguel Lillo en cercanías del Complejo Casino, amparado en un convenio de dudosa legitimidad con las autoridades municipales y arrasar con vegetación arbórea sana; se acusó a Necochea Rugby Club (asociación representada por Migueles) de extraer ejemplares de muchos años de antigüedad.
Cubierto con el manto protector del veneguismo y del radicalismo gobernante que tenía la cola sucia, la sacó barata. Sin embargo para los memoriosos aún quedan cuestiones por aclarar.
Mediante un comunicado de prensa el radicalismo anunció un acuerdo con representantes del Necochea Rugby Club en el que ratificaba la firma de un convenio por el cual esta entidad asumía el padrinazgo y cuidado de una zona del Parque Miguel Lillo y de la noche a la mañana el mismo apareció desforestado y sin rastro de vegetación.
Ante la bronca generalizada de la sociedad necochense, el Concejo Deliberante exigió al municipio que se "hacía el chancho rengo" las explicaciones del caso, sobre todo porque " ningún vecino puede llegar a creer que un privado o una entidad de la vida civil pueda sostener una inversión de este tipo (retroexcavadoras, palas, camiones, mano de obra calificada, etc.) e ingresar a un predio de competencia municipal, sin que hubiese mediado una autorización –por lo menos- verbal de parte de alguna autoridad municipal de rango suficiente, cuestión que lamentablemente no se puede probar pero si inferir. Eso explicaría –en principio- la sugestiva “omisión” del área de Seguridad Publica de no labrar infracción alguna, al anoticiarse de los trabajos; máxime cuando la Municipalidad cuenta con un predio de Transito enfrente de la parcela mencionada" tal como señalaron en su momento los ediles de Unión Peronista.
El ahora candidato a concejal de la lista de Martín Migueles, Diego Cersosimo, por ese entonces titular del Área de Seguridad Publica de la Municipalidad de Necochea, fue duramente señaldo por no haber labrado actuación administrativa –infracción, acta, etc.- alguna ante la situación –en principio, “no autorizada” -acaecida en el predio de marras.
Oportunamente, desde el seno de la UCR salieron a cuestionar a los funcionarios involucrados e incluso se habló de pedidos de renuncia ante la gravedad de lo ocurrido. Sin embargo la sangre no llegó al río.
Rápidamente para acallar las críticas se anunció un plan de reforestación que se cumplió a medias, además de dar marcha atrás con el convenio. Afortunadamente para los implicados no primó ni la honestidad ni la transparencia y rápidamente se pasó la página orquestando una verdadera arquitectura de deslinde de responsabilidades.
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